Esta historia es graciosa y muy original. Pero lo que quizás la haga sobresalir es que Dahl, una vez más, se goza trasgrediendo los límites de la literatura infantil. En esta novela, hay padres y profesores egoístas y malvados. Y es la protagonista quien se da el lujo de descubrir sus faltas, burlarse de los mayores y hacerles pagar sus culpas.
Matilda es una niña genio de tan solo cinco años. Aprendió a leer sola y se comió no solo los libros infantiles de la biblioteca pública, sino los de adultos. También aprendió sola a sumar, restar y multiplicar. Por desgracia, tiene unos padres egocéntricos, totalmente mundanos y capitalistas, que se sienten fastidiados por tener una hija tan rara (el padre es un vendedor deshonesto de carros usados y la madre se preocupa solo de su belleza y de jugar bingo).
Paremos un momento en este comentario. ¿Han visto la película Matilda dirigida por Danny DeVitto en 1996? Tienen que verla. Todavía la suelen dar ocasionalmente en la televisión. Obvio, se basa en el libro de Roal Dahl. Pero debo admitir que este es un extrañísimo caso en que la película supera al texto.
En el libro, llegamos a la mitad de la historia y recién se descubre que la pequeña protagonista tiene poderes mentales que le permiten mover objetos a su antojo, Matilde se da cuenta de estas capacidades cuando la terrible directora de su escuela la acusa de algo que no hizo (terrible, terrible directora que es un personaje original y delicioso, muy bien dibujado en el libro y maravilloso en la peli).
La película arregla ciertas carencias del libro. Por ejemplo, en vídeo entramos a la casa de la odiosa directora y vemos cómo vive y cuáles son sus pasiones y vicios (en el libro no pasa esto). Con lo que descubre en ese lugar, la protagonista crea su venganza contra ella poco a poco. No de buenas a primeras, como en el libro.
La película borra la simpleza y extrema bobería de Honey, la dulce profesora de Matilda. En el texto, Honey es tan tonta, pero tan tonta, que le da todo su salario a su tía, la Directora de la escuela, y vive como una marginal en una casucha donde no hay muebles, luz o agua.
El final es seco y cortante en la novela. La profesora que adopta a la niña lo hace con muy poca emoción , con inseguridad y con mucho nerviosismo. En la película, la pequeña tiene todo planeado (documentos de adopción incluidos) para quedarse con su maestra, y el final resulta emotivo: niña y profesora son felices juntas y por fin, tienen la vida que se merecen.
Una historia maravillosa llena de humor y de crítica social. Sin embargo, lo lamento pero la película resulta mejor. Se han escogidos los mejores momentos cómicos, los personajes están mejor desarrollados y el final es superior. No dejen de verla. El libro, sin embargo, resulta muy entretenido también.
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