viernes, 11 de septiembre de 2015

Billie Luna Galofrante (Toño Malpica, Grupo Editorial Norma) Para lectores a partir de catorce años

Mi calificación: 9/10

Bravo por esta novela juvenil que se aparta de los típicos temas y personajes para chicos. Me encantó la originalidad de la historia y los personajes entrañables. Y a mí, que jamás me ha gustado el jazz, este libro me contagió de las ganas de enterarme sobre este género músical, de sus innovaciones y la espontaneidad de la que se orgullece, y escuchar los temas que se nombran en esta obra. ¡Entrémosle al jazz, carnalitos! (Y entrémosle a las lindas expresiones coloquiales mexicanas que llenan este libro).



Para empezar, la protagonista de la historia es una madre viuda de treinta y tres años, con dos hijos pequeños bastante problemáticos. Uno viste siempre la máscara de un superhéroe y le gusta escalar armarios y árboles. El otro, el mayor, desarma cualquier aparato que tenga enfrente, desde celulares hasta televisores, y no es capaz de componerlos; además, no se puede creer nada de lo que diga. ¡No maches!, como diría la hermana de la protagonista.

La pobre madre, Billie, tiene su propia empresa de programación y está a punto de conseguir un contrato millonario. Esta es la razón por la que se queda hasta tarde trabajando y vuelve a casa cuando se entera de que sus chiquillos han hecho de las suyas.

Los "monstruitos" se portan bien solo al cuidado de su abuela. El problema es que el padre de Billie, que ha estado como un vegetal por un mundo de años, despierta de buenas a primeras convencido de que es un famoso jazzista negro ya muerto. Y ningún razonamiento logra convencerlo de lo contrario  Entonces la madre de Billie debe quedarse en casa a cuidarlo y seguirle la corriente (el nuevo trompetista reúne a unos disímiles músicos -entre ellos una niña genio de nueve años que toca el acordeón- para iniciar su propio grupo de jazz y participar en un concurso).

Muy a su pesar,  la protagonista debe mudarse al apartamento de sus padres si quiere que la mamá la siga ayudando con los pequeños.

El asunto con Billie es que se toma su trabajo y la vida demasiado en serio. No acepta que su padre sea feliz en su locura y no admite la magia de la vida.   A través de la historia, esta madre comprende lo que es realmente importante y logra ver a su familia y su existencia con otros ojos.

Pero si bien el estilo de Toño Malpica es ágil y divertido, como siempre, me parece que el estrés de Billie en su trabajo y las travesuras de los niños, ocupan demasiado espacio en la novela(en la mitad del libro el lector siente que la trama cae en la repetición de la repetidera).

De cualquier forma, el final no decepciona y la historia de la madre treintañera motiva a pensar sobre el significado de haber aterrizado en esta vida. Un libro que recomiendo plenamente.

Una vez más quedo admirada por el estilo y la originalidad Toño, un laureadísimo escritor mexicano que nunca defrauda.

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