Calficación: 6.5/10
Aunque
Alfaguara la califica como una obra juvenil, no la recomendaría para chicos de
más de doce o trece años. Se trata de una obra medianamente entretenida, sin profundidad de ideas ni personajes dignos de recordar.
La
protagonista es Francisca, de 14 años. Su hermano de 22 es obligado a irse de
la casa porque no se amolda a los deseos y órdenes de su padre y porque, además, embaraza a su novia.
Francisca
extraña lo indecible a este hermano al que se siente muy unida. Por eso él decide
regalarle un cachorro, “para que nunca se siente sola”. Y se lo regala pese a
que sabe que el padre tiene prohibidas las mascotas en la casa (primer absurdo
de la historia). Como era de esperarse, luego de algunos días en que la chica
se encariña con el animal (aunque el lector no logra sentir cómo nace ese
cariño y por qué un animal consigue acabar con la soledad de un humano), el
padre le ordena deshacerse de él.
El último
recurso que encuentra Francisca para estar cerca de su perro es dejarlo en una
tienda de mascotas. Espera convencer al muchacho que atiende, nieto del dueño, de que lo conserve y no lo venda. De esta manera, ella podrá visitarlo.
De buenas
a primeras nos enteramos de que la joven se siente enamorada de este chico.
Jamás se nos explica qué ve en él, pues el sujeto en cuestión se presenta como alguien poco sociable
y la única cualidad que se le señala es el color verde de sus ojos. Este personaje, por su parte, sufre su propio drama familiar, pues su madre lo abandona siendo niño y su padre es un enfermo depresivo.
Llegamos
hasta la página 76 sin un conflicto que despierte interés suficiente. La protagonista
es una muchacha simple y cobarde con un padre que inclusive le revisa los
correos electrónicos y tiene el descaro de hacer preguntas sobre ellos. Pero la hija empieza a llegar tarde a casa, con el pretexto
de que debe practicar un baile luego de clases, y el padre no duda por un buen tiempo (segundo
absurdo). Lo que hace la chica es visitar
al cachorro y al tendero, a quien intenta conquistar con técnicas que pretenden
ser humorísticas para el lector (En general, el humor resulta forzado y, como la primera edición es del 2006 (aunque el texto se sigue ofreciendo en Colombia),
las referencias que se usan resultan anticuadas para los chicos de hoy. Por
ejemplo, se habla de Brad Pitt y Angelina Jolie -unos reverendos ancianos para los adolescentes actuales-, las canciones de Arjona -hoy en marcada decadencia- y las
películas de Chuck Norris -ya casi ni yo me acuerdo de ese señor-).
A cambio
del cachorro del que debió desprenderse, el padre de pronto decide regalar un
pez a su hija. Es entonces cuando empieza la asociación de los humanos a
quienes no les importa lo que sientan o piensen los demás, y los peces que
viven en su pecera sin importarles lo que pase más allá.
Desgraciadamente, esta obra no es el mejor ejemplo de la escritura de la aclamada escritora ecuatoriana María Fernanda Heredia.
no lo lei .................mach letres
ResponderEliminarestoy acuerdo contigo ,las obras de María Fernanda Heredia en general me agradan pero sinceramente este no ha sido lo mejor escrito por ella
ResponderEliminar